4 alternativas al coche cuando estás en otra ciudad

4 alternativas al coche cuando estás en otra ciudad

  1. El autobús. Si cuando llegas a la ciudad que vas a visitar, pongamos Málaga, quieres disfrutarla a tope, te aconsejamos reservar aparcamiento Malaga y dejar allí tu coche. A partir de ese momento puedes moverte en autobús si vas a realizar rutas regulares, como por ejemplo desde el centro hasta tu hotel. Para este tipo de desplazamientos el bus es económico y muy cómodo, porque te permite ir y venir sin problemas, sobre todo si no vas a usarlo en las horas punta, cuando la gente entra y sale de trabajar que es cuando más viajeros lo utilizan.
  2. El taxi. Es el método perfecto para viajar cuando quieres ir a un lugar concreto fuera de tus rutas habituales de autobús. El taxi es algo más caro que un autobús pero es ideal para poder acudir, por ejemplo, a una visita guiada que tiene una hora concreta o a un lugar que no es cómodo de otra forma. Los taxis son también la opción perfecta para volver al hotel si se llevan bolsas con compras, ya que así no hay que cargar con ellas en el autobús. Una buena alternativa para no tener que conducir y agobiarse con el tráfico y el aparcamiento.
  3. Los viajes programados. Una buena alternativa para desplazarse y ver sitios es con un viaje programado, una excursión de las que te recogen en la puerta del hotel con un minibús para ir a todos los lugares de interés que se han pactado previamente. Este tipo de excursiones o viajes tiene la ventaja de que se hacen con un guía profesional que va contando todo lo que tiene de interesante la ciudad y que va a llegar al grupo a tiro fijo a los sitios que puedan tener un mayor interés. Cierto es que restan un poco de libertad, pero a cambio las preocupaciones son cero.
  4. Alquilar un vehículo con conductor. Es la alternativa más cara y no está disponible en todas las ciudades, pero según el presupuesto del que se disponga puede ser una opción. Esto se hace, con frecuencia, cuando se viaja al extranjero a lugares en los que el cambio de moneda o el precio de la vida juega a nuestro favor. Por poco dinero se puede contar con una persona que nos lleve a los sitios, nos espere e incluso nos recomiende visitas.
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