UNA ISLA QUE HA CAMBIADO

UNA ISLA QUE HA CAMBIADO

Cuando éramos jóvenes en lugar de ir de camping a sitios abarrotados, siempre íbamos de camping a la isla de ons, que no son tan conocidas como las islas cíes y por consiguiente tienen menos gente que en las islas cíes. Aunque en esa época no había tanta gente como hoy en día, ya que el camping ha cambiado y lo han convertido en un glamping, un concepto erróneo ya que el glamour no tiene nada que ver con ir de camping. Lo único que han conseguido es echar de allí a la gente que iba todos los años y que ahora solamente vaya la gente adinerada a acampar allí. Ni que decir que hace ya muchos años que no me acerco a la isla de ons, pero tengo muy buenos recuerdos de las rutas de senderismo en Ons bajo un sol abrasador del cual era imposible deshacerse ya que en la isla no es que haya demasiados árboles. La isla tampoco es que sea demasiado grande pero si haces la ruta grande que lleva al “burato do inferno”, agujero del infierno en gallego, tienes unas cuantas horas de caminata. Lo mejor de esa caminata es que termina justamente en el camping, y después de caminar tanto tiempo bajo el sol se agradece un merecido descanso.

Personalmente mis amigos y yo no es que fuésemos a las isla de ons a caminar ni nada parecido, nos pasábamos el día en la playa tirados en la arena pensando cómo sería la fiesta de esa noche. Ya que en la isla había unos de los restaurantes cuando llegaba la noche se convertía en una especie de discoteca cutre en la que nos lo pasábamos como niños. Lo de caminar se lo dejábamos a los que no salían por las noches, y que no dormían por las mañanas. La primera regla que teníamos en nuestra pandilla al llegar a la isla de ons era apagar los teléfonos móviles y quitarse todos los relojes, de esta forma disfrutábamos más ya que la hora no era ningún impedimento para hacer nada.

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