¿Qué puedes hacer con tu empresa tras la jubilación?

¿Qué puedes hacer con tu empresa tras la jubilación?

Levantar una empresa de la nada no es un trabajo fácil. Tampoco lo es mantenerla en pie durante toda la vida si se ha heredado de la familia. Por eso es fácil establecer con el negocio un vínculo sentimental fuerte y no querer que, cuando nosotros nos jubilemos, este tenga que cerrarse. Y, vamos a hablar claro, no es solo el vínculo sentimental.

También existe una clara motivación económica. La empresa tiene un valor, se ha invertido mucho en ella y toda esa inversión viene muy bien recuperarla para disfrutar de una mejor jubilación. Por eso, muchas personas optan por la venta de su negocio al llegar a la edad del retiro.

Esto es todavía más importante cuando no hay hijos a los que dejar el legado, bien porque no se ha tenido descendencia o bien porque han seguido con su camino en otra dirección y no quieren encargarse del negocio familiar.

En este caso hay dos opciones que son las más usuales. Algunos optan por vender su empresa a sus empleados o a algún empleado de confianza que esté dispuesto a continuar con el negocio. Esta es la opción favorita de aquellos que tienen más vinculación personal con su empresa y para quienes es más importante que siga funcionando como siempre.

Así, los antiguos empleados pasan a ser los propietarios del negocio y, conociéndolo a fondo como lo conocen, pueden continuar con el mismo sin que haya una transición brusca. En estos casos suele ser habitual que el antiguo propietario continúe durante un tiempo ayudando hasta que todo vaya bien por su cuenta.

Pero no siempre los empleados quieren pasar a tener la responsabilidad de la empresa o poseen el capital suficiente para poder realizar la compra. En este caso se puede poner en el mercado para que la adquieran terceros interesados. Y para esto lo mejor es recurrir a los profesionales del sector.

Existen empresas especializadas en la venta de empresas por jubilacion que pueden encargarse de buscar a los mejores compradores, dispuestos a pagar más por la empresa ya sea para seguir trabajando con ella ya sea con inversión para venderla a su vez a otras personas una vez realizados cambios. La ventaja de esto es que el dueño de la empresa se desvincula totalmente de la misma y no tendrá ninguna obligación con los compradores una vez que todo está firmado.

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