La habitación heavy
Dicen que los heavys están en peligro de extinción, que las nuevas generaciones no quieren saber nada de Iron Maiden, Metallica o Barón Rojo. Pero todavía hay esperanza. Mi sobrino es la gran esperanza del heavy en España. Su padre, mi hermano, siempre fue un gran aficionado a la música, pero no tiene especial interés por la música de ese tipo: lo suyo es más bien el pop clásico y el jazz. ¿De dónde sacó esa afición por el rock duro? Dice su padre que un día vio un video de Metallica en YouTube y le gustó.
Teniendo en cuenta que hoy en día la mayoría de los chavales solo escuchan hip-hop y sucedáneos resulta muy curioso lo de este chico. Además, ha heredado la militancia de los heavys clásicos: todo en su vida tiene que girar en torno a esa música… más que música se trata de un ‘estilo de vida’. Y ese estilo de vida lo ha llevado a su habitación, una tenebrosa cueva plagada de decoración heavy.
Pero cuidado. El chico no es gótico. Cuando alguna vez le confunden con un gótico dice que no, que no tenemos ni idea: el es heavy. En su habitación cuelgan pósters y estores fotográficos que celebran sus grupos favoritos. Quiso pintar la pared de negro, pero la madre le dijo que ‘nanai’, que eso era demasiado. Así que se conforma con una cubrecama negro y una decoración de vinilo en la pared con guitarras.
Porque claro, es un fan de la guitarra. Cuando su padre le habla de la trompeta o el saxofón, el niega con la cabeza. Solo quiere seis cuerdas en su vida. En su habitación también hay una guitarra, una Telecaster de segunda mano, que no es una guitarra muy heavy, todo sea dicho, pero es lo que se pudo comprar con sus ahorros. De momento, no termina de encontrar el punto al instrumento, aunque lo intenta.
A lo que sí encontró el punto fue a los estores fotográficos, los dos que cubren las ventanas con las imágenes de dos famosos discos de Metallica. Es lo bueno de hoy en día, que se puede personalizar hasta la decoración de los estores. ¿Y el pelo del chaval? Largo y rizoso, por supuesto.