La piedra laja y sus múltiples beneficios
La piedra laja es un material ampliamente utilizado en pavimentos, techos y paredes de interior y exterior. Esta roca lisa y plana, generalmente de caliza o esquisto, sobresale por su valor estético y cualidades termoacústicas, beneficiosas para viviendas y edificios situados en climas fríos. De ahí que los expertos en revestimientos con productos rústicos decorativos recomienden su uso.
Frente a la rusticidad de otras rocas naturales, la piedra laja presenta un acabado más elegante y sofisticado. Se comercializa en plaquetas compuestas por lajas rectangulares, con un ligero relieve o planas, en función del gusto del consumidor. Su grosor variable permite instalarlas en interiores sin ocupar más espacio del necesario.
La piedra laja también posee una inercia térmica fuera de lo común, característica que avala su utilización en fachadas y otras superficies con fines aislantes. En los últimos años, la eficiencia térmica ha despertado el interés de las nuevas generaciones, plenamente concienciadas con el ahorro energético y la sostenibilidad. Esta roca sedimentaria es compatible con estos objetivos.
Además, la piedra laja es una inversión de futuro gracias a su durabilidad, capaz de resistir impactos, altas y bajas temperaturas y otras amenazas, que fácilmente harían mella en materiales más frágiles y delicados.
En caso de incendio, las viviendas y edificios revestidos con piedra laja son capaces de soportar mayores temperaturas, sin que el fuego afecte a su arquitectura. Las propiedades ignífugas de esta roca ayudan a entender su tolerancia al fuego.
Mientras que las calizas y granitos están disponibles en una gama limitada de colores, la piedra laja amplían el rango de posibilidades. Las plaquetas de tonos grises y negros se obtienen del basalto; aquellas que ostentan una paleta cromática más amplia proceden de rocas metamórficas y lucen tonos tan vivos como el azul, el blanco, el verde o el amarillo.