Hoy en día no sé si se siguen haciendo los viajes que hacíamos con el colegio cuando éramos pequeños pero esos viajes para unos niños pequeños eran muy emocionantes. El primer viaje que hice con el colegio fue de vigo a cangas en barco que es un trayecto bastante pequeño, pero para unos niños de cuatro o cinco años eso era como dar la vuelta al mundo y seguro que la noche anterior a montar en barco la gran mayoría de mis compañeros de clase no pudo dormir de la emoción.

En esa excursión no nos llevaron a ver nada porque éramos demasiado pequeños y pasamos el día en un campo de fútbol, porque así los profesores que venían con nosotros nos podían tener mejor controlados y que ninguno se escapase a ningún lado.

Otra excursión que también hice con el colegio cuando era un niño, fue mi primer viaje en tren, aunque esa excursión fue extremadamente corta solamente nos llevaron un par de paradas después a nuestra ciudad. Llevar a los niños en tren es una experiencia que todavía se hace en los colegios porque lo he podido ver no hace demasiado tiempo en la tele y a los niños les encantaba tener una experiencia nueva.

Tanto con el colegio como con el instituto tuve diferentes viajes pero el que más me gustó fue el que hice con el instituto a Mallorca, aunque en ese viaje influyó mucho que ya era mayor de edad y podía hacer cosas que muchos de mis compañeros no podían hacer. En ese viaje fue en donde probé por primera vez a ir a un parque acuático y he de decir que me encantó, ya que nunca había probado nada similar, aunque también he de decir que en la atracción más grande hubo un momento en que lo pasé bastante mal porque literalmente fui por el aire unos segundos, pero por fortuna no me pasó nada. Ese día lo pasamos casi todo en el parque acuático porque no estaba en la ciudad en la que nos alojábamos y cuando volvimos al hotel estábamos destrozados de cansancio, lo que no impidió que después de dormir una pequeña siesta saliésemos por la noche.