Sostenibilidad y producción
Cuando un consumidor llega a la zona de alimentación ecológica en un supermercado uno de los comentarios que se suelen es escuchar es acerca de lo elevado de sus precios. Efectivamente, buena parte de los productos etiquetados como ecológicos suelen tener un precio superior a los de su gama que no llevan tal etiqueta. Y es uno de los argumentos que esgrimen los más críticos con este tipo de productos. Pero todo tiene su explicación.
Podemos poner de ejemplo una pequeña explotación ganadera que ha decidido optar por el mercado ecológico. Cuando un comprador mira un cartón de Leche desnatada Ecológica aprecia que tiene un coste más elevado que los tradicionales. ¿Es porque los responsables de la granja que ha suministrado la materia prima a una empresa distribuidora quieren enriquecerse más que el resto? Obviamente, no. Lo que sucede es que los métodos de producción son más caros y eso repercute en el precio final.
Para que la leche procedente de una explotación ganadera cuente con el etiquetado verde debe cumplir con una serie de directrices, tanto en el tratamiento de los animales como en el alimento que se les suministra. Tanto si pastan en libertad como si se añade un complemento de pasto ecológico, el mantenimiento diario de los animales va a ser más caro que una granja tradicional.
En este sentido, muchas explotaciones ganaderas ecológicas se enfrentan a menudo a un problema de difícil solución: la productividad. Si es evidente que una empresa de este tipo aboga por la sostenibilidad y por mejorar la biodiversidad es menos habitual que se piense en términos de productividad, algo, no obstante, decisivo para asegurar la viabilidad económica de un negocio.
Si el coste de un litro de Leche desnatada Ecológica para el productor es demasiado elevado debido al alto precio del mantenimiento de la explotación estamos hablando de una baja productividad. Muchas veces, estos ganaderos sin experiencia en el mercado ecológico se enfrentan a este problema ocasionando diversos cierres o cambios hacia una explotación tradicional. Es la letra pequeña del mercado ecológico que, generalmente, no llega al consumidor.