La mantequilla nos acompaña en muchos momentos del día, a veces sin que nos demos cuenta siquiera de que la estamos consumiendo. En el supermercado encontramos varios tipos de mantequilla, pero destacan sobre todo tres variedades, que hoy pueden comprarse tanto en sus versiones con lactosa como sin lactosa para que todo la disfruten en casa.

Mantequilla tradicional. La mantequilla tradicional es la que se hace a partir de la leche entera y no tiene por qué tener conservantes ni colorantes artificiales. Se usa para tomar con pan en el desayuno y también para preparar muchas recetas como pasteles y bizcochos.

Esta mantequilla puede calentarse en el microondas durante unos segundos para conseguir ponerla en punto pomada, lo que hace que sea mantequilla facil de untar y también de mezclar con otros ingredientes para las recetas dulces. En algunos lugares se usa incluso para cocinar, pero esto no es muy habitual en nuestro país. No obstante, ya hay quién usa la mantequilla para platos como los huevos revueltos, porque considera que el gusto que les da es muy especial y sabroso.

Mantequilla con sal. La mantequilla con sal puede utilizarse prácticamente para todo lo que se utiliza la mantequilla tradicional, pero con ese puntito salado que a mucha gente le resulta absolutamente delicioso. Una ventaja que tiene este producto es que la sal hace las funciones de un conservante, por lo que va a aguantar más tiempo. Así que, si eres de los que consumen la mantequilla muy poco a poco, seguramente te salga a cuenta adquirir mantequilla con sal para que no se estropee.

Mantequilla clarificada. Es la última que ha llegado a nuestras tiendas. Se ha puesto de moda para muchas dietas y por eso en Internet abundan las recetas para hacerla en casa. Pero no todo el mundo tiene el tiempo o las ganas de elaborar su propia mantequilla clarificada. Es típica de algunas zonas como la India y ya podemos encontrarla en las estanterías de muchos supermercados, especialmente en grandes cadenas donde hay una mayor variedad de productos.

Se trata tan solo de separar la parte grasa de la mantequilla de lo que es agua o proteína de la leche, de modo que soporte mejor altas temperaturas. A veces, vemos mantequilla clarificada como sinónimo de ghee pero aunque son productos similares, el ghee sufre otro tipo de procesos un poco más complejos.