El velcro, un invento inspirado en la naturaleza
¿Sabías que el velcro es un invento inspirado en la naturaleza? Su inventor se inspiró en la forma en la que los cardos se adherían al pelo de su perro durante un paseo por el campo. Comprobó que, si se realizaba un producto en el que una parte tuviera pequeños pelos con forma de gancho y la otra una suerte de maraña, ambas partes se quedan unidas de forma muy eficaz, a la vez que podían separarse fácilmente tirando.
Los usos de los productos velcro son muy variados. Encontramos estas tiras en la ropa, para conseguir cerrar en diferentes medidas, por ejemplo, las pulseras de las zapatillas informales. O para ajustar los puños de las cazadoras.
También encontramos velcro en la ropa de hogar, siendo perfecto para que unos cortinones rebeldes queden unidos y no se separen. Además, como se fabrica en muchos colores es perfectamente discreto y se integra prácticamente en cualquier pieza. El velcro es también el cierre perfecto para cojines, ya que no molesta como puede suceder con una cremallera, más dura, y permite abrirse tantas veces como sea necesario para extraer el relleno y lavar las fundas.
Muchas correas de animales tienen cierres de velcro y también lo usamos para sujetar cosas que no tienen demasiado peso, como por ejemplo para colgar peluches de soportes con tiras de este material.
El velcro ha facilitado enormemente la vida de niños y de personas mayores, que ahora pueden ajustarse sus zapatillas deportivas sin necesidad de ayuda al no tener que atarse los cordones. Esto les otorga no solo comodidad, sino también una cierta independencia.
El velcro se compra en tiras que constan de dos partes que se separan y ambas pueden coserse a la tela o también pegarse. Por tanto, es muy sencillo colocar velcro en cualquier prenda y sustituir el que puede tener ya mucho uso y estar demasiado feo. Aunque hay que reconocer que el velcro funciona muy bien sin importar cuántas veces se utilice.
Por cierto, el nombre del velcro viene del francés y está formado por “Vel”, que procede de la palabra francesa Velours (terciopelo) y “cro”, de la palabra francesa crochet (ganchillo). Obviamente, haciendo referencia a la apariencia de ambas partes de la tira, una de las cuales es una maraña suave y la otra tiene forma de ganchos similares a las agujas de ganchillo.