Desde bien jovencita supe que iba a tener que cuidar mucho mi piel. Notaba como algunas de mis amigas tenían la piel perfecta mientras yo siempre andaba con algún problemilla. Con el paso del tiempo el asunto empeoró y tuve que buscar ayuda de un profesional por lo que seguí un tratamiento acne Vigo. Fue la mejor manera de poner freno a los problemas y aprender a cuidar mejor la piel.

Y es que a menudo leemos por ahí consejos y sugerencias para cuidar la piel de la cara, pero lo aconsejable es siempre acudir a un dermatólogo profesional si tenemos dudas. Yo había leído todo lo que se suele decir sobre estas cosas. Que si es culpa del dulce, que si el problema se soluciona solo pasada la pubertad, y todas esas cosas. Pero nada de eso está científicamente comprobado. 

Es cierto que el acné es más habitual en determinadas etapas, sobre todo debido a cambios hormonales, pero el acné no tiene por qué desaparecer solo con la pubertad. A veces se necesita tratamiento. De hecho, como he dicho, algunas amigas mías estaban viviendo los mismos cambios hormonales que yo y tenían la piel perfecta. Y más adelante conocí algunas personas que ya habían pasado con mucho la pubertad y a las que les surgían importantes problemas en la piel derivados del acné.

Una de las cosas que aprendí con mi primer tratamiento acné es que lo mejor es no tocar la cara en exceso. Por supuesto dejar los granos y no cometer el error de andar tocándolos porque pueden quedar marcas, esos surcos que luego puede quedar permanentemente en la cara: los temibles ‘cráteres’. 

Por eso se requiere asesoría experta que te asegure lo que puede pasar si no respetas los ciclos de la piel: yo la recibí a tiempo y apenas tengo marcas. Y eso que podía haber tenido muchos dados mis problemas de juventud. Pero no todo quedó en la adolescencia, después tuve que seguir tomando tratamientos periódicos porque, como he dicho, el acné no es un problema exclusivamente vinculado a la edad.