No todos los empresarios somos iguales, como tampoco todos los empleados lo son. Después de muchos años batallando para sacar a flote mi empresa he aprendido una de las mayores lecciones: solo cuidando a tus empleados podrás lograr sostener un proyecto empresarial. Y esto es especialmente comprobable en las pequeñas y medianas empresas en las que nos movemos la mayoría de emprendedores.

Uno de los aspectos que más he cuidado a lo largo de estos años en relación al tratamiento de mis empleados es el seguro, algo que no es tan común como sería deseable. Desde luego que contratar un seguro medico para pymes tiene un coste, pero también supone grandes beneficios a largo plazo. Un empleado que tiene una cobertura médica privada se siente más seguro y protegido. Y cuando habla con otros trabajadores de otras empresas que no lo tienen a su disposición se sienten sin duda más valorados.

Aunque existen numerosas diferencias entre compañías y coberturas, en esencia se trata de ofrecer al empleado un seguro que le permita acceder a atención primaria, así como a especialidades con la mayor rapidez posible. Hay que tener en cuenta, y más en los tiempos que corren, que los problemas médicos siempre repercuten en el ritmo de trabajo. Por lo tanto, un empleado bien atendido y que tenga a su disposición recursos médicos fiables tendrá menos posibilidades de estar de baja al acelerar los diagnósticos.

Así mismo, a la hora de contratar un seguro médico para pymes también hay que considerar otros servicios que pueden estar disponibles para los trabajadores como el asesoramiento médico especializado que incluye, por ejemplo, los servicios de nutrición. Todo ello supone para el empleado la tranquilidad de saberse en buenas manos.

¿Merece la pena en todos los casos tener un seguro médico de este tipo en las pequeñas y medianas empresas? Por supuesto, debe ser una cuestión a valorar en cada caso. No cabe duda de que se trata de una inversión y no siempre una empresa está en condiciones de asumirla. Pero, en mi opinión, considero que los empresarios deberían valorar justamente como una inversión que se hace en los empleados que son, siempre, el mayor valor de la empresa.