El turismo está viviendo una época convulsa a raíz de la crisis sanitaria lo que ha llevado a buena parte del sector a explotar vías alternativas que estaban empezando a mostrar muy buenos datos. Es el caso del turismo gastronómico. Este tipo de turismo, generalmente asociado también al turismo de interior o de proximidad, gira en torno a disfrutar de un determinado alimento o bebida típico de un entorno geográfico concreto.

Tanto las instituciones públicas como las propias empresas del sector y la infraestructura turística a menudo se alían para ofrecer planes a los viajeros para que disfruten de la gastronomía local conociendo ciudades, pueblos y entornos naturales repercutiendo de forma positiva en la economía local. Se trata de un turismo sostenible a menudo menos agresivo que el turismo de masas porque está asociado generalmente con entornos rurales en los que el turismo, a menudo, supone una regeneración para su tejido económico.

Podemos poner de ejemplo algunas rutas a lo largo de España en los que se ofrece al viajero la posibilidad de disfrutar de los mejores quesos de oveja. Como sabemos, España es un país con una buena tradición quesera contando con diversas denominaciones de origen e indicaciones geográficos protegidas. Los ayuntamientos de un determinado enclave geográfico en colaboración con los departamentos turísticos de las diputaciones llevan a cabo una ruta de degustación de los quesos acompañado de otros alimentos típicos o de los vinos locales.

Esta clase de actos promocionales suelen venir acompañados de asociaciones con hoteles y empresas turísticas además de las propias firmas que elaboran quesos de oveja de forma que todos los agentes implicados trabajan en la misma línea obteniendo una parte de los beneficios. 

Este caso concreto es tan solo un ejemplo de las centenas de acciones promocionales que existen en España en relación al turismo gastronómico. Y es que España es uno de los países más populares de Europa por su gastronomía, sobre todo también por la variedad que podemos encontrar en todos sus rincones, una forma, en fin, de alentar la industria turística que se encuentra en una de las fases más complicadas de su historia.