Siempre me ha gustado leer mucho sobre historias de emprendedores, sobre todo el típico self-made man americano que tanto gusta por aquellas tierras. Sé que hay mucho de mitología en todo eso y que los americanos disfrutan mucho encumbrando a sus triunfadores, cuanto más solitarios y aguerridos, mejor. Supongo que les viene de esa tradición del colono y del pionero que fueron poblando Estados Unidos al inicio de la historia del país.

A mí también me gusta hacer las cosas a mí manera y seguir mis propias reglas, pero lo que siempre dicen los emprendedores realmente honestos es que la diferencia entre el éxito y el fracaso empresarial se mide, sobre todo, en el nivel de la gente que te rodea. Sin un buen equipo, da igual que seas el tipo más sagaz de los negocios: siempre habrá algo que uno no domine. Y ahí es cuando hay que delegar, si no delegas en lo que no sabes hacer bien, el fracaso no tardará en llegar. 

En mi caso, ya he aprendido de los errores pasados cuando me creía infalible por dos o tres buenas ideas. Para la última estrategia de publicidad de mi empresa decidí apostar otra vez por un equipo de una Agencia de publicidad y comunicacion Vigo que conozco bien. Ellos tienen la experiencia y las ideas y son un equipo joven que conoce las últimas tendencias. También ellos me conocen a mí y saben que soy de los que me gusta conocer cómo es el proceso creativo, que me gusta aconsejar y que me ‘meto un poco’ en todo. Pero también puedo ser un cliente fiel. Así que todos salimos ganando.

Recuerdo cuando empezaba que yo también diseñé la publicidad de mis negocios porque había leído dos o tres libros y creía saber más que todo el mundo. Me salió bien la primera vez y me dije que no necesitaba gente externa para comunicar. ¡Qué equivocado estaba! Cuando un tiempo más tarde fracasé estrepitosamente con otra campaña, acudí raudo a la Agencia de publicidad y comunicación Vigo. Ello sí son profesionales de esto. Yo no.