EVITAR LOS PROBLEMAS DE HUESOS
Nuestros huesos son algo en lo que apenas pensamos en nuestra vida salvo cuando nos rompemos uno y para intentar que eso no pase lo mejor es tener unos huesos fuertes, de esta manera no tendremos que preocuparnos de ellos. Hace años conocí a un señor que venía conmigo a la piscina y el señor tenía un problema en los huesos. Este señor tenía miedo a hacer un montón de cosas por si se hacía daño en los huesos. Él aunque se tomase leche sin lactosa calcio no le haría demasiado efecto ya que tiene esa enfermedad desde hace muchos años antes de que nos conociéramos. Por lo que me contó, creo que esa enfermedad ya la tiene desde que era joven, aunque a saber a cuán joven se refería.
Hasta hace poco hablábamos mucho todos los días, porque íbamos a la piscina a las mismas horas y además una de sus hijas había estado en mi clase del instituto. Rápidamente nos hicimos amigos porque a ambos nos gusta hablar de lo que sucede a nuestro alrededor, nos gusta criticar todo lo que no es de nuestro agrado o que no estemos de acuerdo. Ahora solo podemos hablar cuando nos encontramos a la hora de ir a comprar el pan.
Personalmente hace tiempo que no tengo ningún problema con mis huesos, cuando era niño era más fácil que me rompiese algún hueso porque era un poco salvaje, aunque eso no era culpa mía, mis compañeros de clase del colegio tampoco es que ayudasen a ser menos salvaje. Los juegos que teníamos no se los he visto jugar a nadie más, porque lo más seguro es que alguien acabase o llorando o en la enfermería. Creo que los profesores de mi colegio se sintieron aliviados el año que terminamos nuestro último año de colegio. Unos pocos años después fuimos a una excursión de fin de curso en la que podían ir los familiares que quisiesen y a los ex-alumnos también, aunque a partir de ese año ya no dejasen ir más a los ex-alumnos. Os podéis imaginar la que se lió en aquella excursión.